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MASONERÍA: UNA SOCIEDAD DISCRETA QUE NO SECRETA

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La masonería moderna o especulativa (también denominada como francmasonería) tiene su origen tras la constitución de la Gran Logia Unida de Inglaterra en Londres en 1717 y, más concretamente, con la aprobación y la publicación de las Constituciones de Anderson en 1723.

Para ser honestos, tengo que reconocer que mi primera aproximación al concepto estuvo cargada de prejuicios y estereotipos. Con el paso del tiempo, pude comprobar que no eran más que pensamientos profanos que solo distorsionaban la realidad de los hechos.

En aras de la comodidad del texto, iré directo al meollo de la cuestión evitando los detalles y los pormenores del asunto. Cualquier duda que pudiera surgir, será tarea del propio lector resolverla.

La masonería especulativa: orígenes, concepto y rasgos generales

Aunque es creencia popular vincular el origen de la masonería a los antiguos faraones egipcios, a miembros de la Orden del Temple o incluso a los esenios u otras sectas judías ya extintas; se trata de simples suposiciones carentes de todo fundamento histórico. La mayoría de tratadistas vinculan el nacimiento de la masonería operativa a los gremios medievales de albañiles que empezaron a organizarse en centro Europa en torno al siglo X d.C como una forma de proteger los conocimientos y las técnicas de su oficio. A estos efectos, puede resultar esclarecedor para el lector el hecho de que la traducción de albañil al inglés sea builder, pero también mason o stonemason.

Con el paso del tiempo, y ante la crisis que sufrieron los antiguos constructores de la Edad Media, las cofradías de artesanos canteros irían progresivamente incorporando a personas que no tenían dicho oficio, ofreciéndoles en sus talleres lugares seguros donde debatir y expresarse libremente. La masonería moderna o especulativa (también denominada como francmasonería) tiene su origen tras la constitución de la Gran Logia Unida de Inglaterra en Londres en 1717 y, más concretamente, con la aprobación y la publicación de las Constituciones de Anderson en 1723. El documento redactado por el pastor presbiteriano escocés James Anderson y por el filósofo natural francés Jean Théophile Désaguliers venía a recoger de forma simbólica que, a partir de entonces, el propósito de los masones no sería la construcción de las grandes catedrales de piedra, sino de la “Catedral del Universo”, esto es, la misma Humanidad.

La masonería se convertía entonces en una escuela de individuos libres, de rectos valores y con el claro objetivo de la mejora moral de la Humanidad, que se oponía a cualquier forma de despotismo político y al fanatismo religioso.

La “Gran Logia de España” define actualmente la masonería como “una institución filosófica, filantrópica y progresista a nivel internacional…cuyo objetivo máximo es estimular el perfeccionamiento moral e intelectual de hombres y pueblos buscando obtener la fraternidad universal” y que “proclama como principio fundamental la creencia en la existencia del Gran Arquitecto del Universo, origen de todas las cosas, y en la inmortalidad del alma…”.

Cuál es su estructura y cómo trabajan.

Con ese objetivo de mejora del individuo y progreso de la Humanidad, y guiados por los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad, los masones se organizan en las llamadas logias que a su vez se agrupan en federaciones denominadas obediencias u orientes. Dichas logias constituyen estructuras jerarquizadas cuyos miembros se encuentran divididos en grados (aprendiz, compañero y maestro masón), los cuales conllevan diferentes niveles de progreso y de compromiso con la institución.

El trabajo que hace cada logia en su taller se puede resumir en la celebración de las conocidas tenidas; reuniones de sus miembros para tratar desde temas internos de la logia (como el paso de un miembro de un grado a otro o la expulsión de un hermano) hasta asuntos puramente administrativos (hay que tener en cuenta que, con carácter general, las logias no dejan de ser asociaciones constituidas conforme a derecho), pasando por la lectura de las conocidas como planchas. Las planchas son los trabajos escritos de los hermanos masones sobre filosofía, sociología, cultura, símbolos (como la escuadra y el compás, el orbe, la piedra bruta o la Biblia), etc.

Es fundamental tener en cuenta que el trabajo dentro del taller así como la evolución de sus miembros variará según el rito masónico practicado por la logia en cuestión, siendo algunos de los más conocidos los siguientes: el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, el Rito Francés, el Rito York y el Reto de Emulación.

La actualidad masónica en España: una historia de prejuicios que llega hasta hoy

La época dorada de la masonería española se inicia con el Sexenio Democrático (1868-1874) y se prolonga durante toda la Restauración Borbónica y el Reinado de Alfonso XIII (1875-1930). Aunque la masonería española sufrió algunos episodios de represión durante la Dictadura de Primo de Rivera, estos no fueron sistemáticos ni continuados. Prueba de ello es que con la II República Española (1931-1936) comenzaría otra etapa de crecimiento y popularidad de la institución en el país. Es un hecho constatado que casi el 40 % de los diputados de las Cortes Constituyentes de 1931 eran miembros de alguna logia masónica y que políticos del momento de la talla de Manuel Azaña o Diego Martínez Barrio también.

Terminada la Guerra Civil (1936-1939), la persecución franquista durante toda la Dictadura inoculó un sentimiento negativo de misterio, misticismo y anticlericalismo en la población española en relación con la masonería que llega hasta nuestros días (recodemos que una de las muchas jurisdicciones especiales que creó el Régimen fue El Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y Comunismo). De igual forma, la Iglesia Católica fomentó una visión sectaria y satánica de la institución durante largo tiempo, hasta que a partir de los años 80 del siglo pasado se comenzó a revertir dicha postura (ejemplo de ello es que el Código de Derecho Canónico recogía la excomunión católica de todo masón hasta su modificación de 1983 en la que se eliminó la referencia directa). Siendo objetivos, no tiene sentido atribuir a la masonería un carácter anticlerical si se tienen en cuenta hechos como, por ejemplo, que la masonería británica ha sido presidida tradicionalmente por la misma corona que ostenta la primacía de la Iglesia Anglicana.

A día de hoy, en España la masonería cuenta con aproximadamente 200 logias locales repartidas por todo el territorio nacional, las cuales aglutinan en torno a 4.000 miembros de perfiles muy variopintos, siendo el más común el de profesional liberal como médico, abogado, ingeniero, periodista, etc. Pese a que se ha constatado una tendencia de afiliación alcista año tras año, se tratan de unas cifras muy pequeñas si las comparamos con el número de masones registrados en países como Francia, Reino Unido o Estados Unidos, que rondan el medio millón de miembros en cada uno de ellos.

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