LA NEUMÁTICA NO SE QUITA
La manifestación comenzó a las 19:30 en el Ecopunto de Camino de los Toros con Agricultores, con finalización prevista en el Distrito Norte. El avance del conjunto de vecinos se detuvo en el Parque de Bomberos de Pino Montano, donde tuvo lugar un emotivo momento en el que los manifestantes -entre los que se encontraba quien escribe- lanzaron vítores y loas a los profesionales que allí operaban, añadiendo a sus reivindicaciones la mejora de las instalaciones. Las muestras de afecto también se trasladaron a los efectivos de la Policía Nacional y Local que velaban por el buen desarrollo de la jornada.
Pero el plato fuerte fue el final, en el que se puso negro sobre blanco respecto a una realidad que los vecinos que residimos en el Distrito Norte de Sevilla tenemos que sufrir día tras día: la suciedad y la insalubridad. José Luís Sanz Ruíz se hizo con la alcaldía de la ciudad tras las pasadas municipales con un banderín de enganche muy claro: la limpieza. Y más vale que espabile, sabiendo como debe saber que, en Andalucía, muchísimos votos del PP son prestados, y que una vez que en el PSOE se quiten de en medio a Juan Espadas y construya un relato atractivo, los populares pueden fácilmente perder una posición que nunca ha sido conquistada del todo.
Las protestas tienen como eje central la nefasta decisión del consistorio de eliminar las máquinas neumáticas, con el argumento de su mal funcionamiento. Realmente, lo que hay detrás es su alto coste en luz. El mal funcionamiento al que se alude -que, ciertamente, existe- se debe a la infrecuencia de la activación del dispositivo (dos o tres veces al día, a lo sumo), dando como resultado una acumulación de residuos y el consiguiente atasco. En consecuencia, la basura se acumula en las calles como lo hace donde sólo hay contenedores. Para cualquiera que viva allí, el hedor a veces se hace insoportable, cuando no hay que hacer frente a un paisaje poblado por ratas y en el que las plagas de insectos suelen ser lo habitual. Y esto no es sólo algo que suceda en el Distrito Norte.
Sabido es que el consistorio tiene una oferta empresarial encima de la mesa que puede servir para abaratar costes sin obligar a los barrios a volver al sistema anterior de contenedores al aire libre, con las consecuencias que todos conocen. Sea de una forma o de otra, lo que sí que es indiscutible es de que estamos ante una situación indigna de una ciudad como Sevilla que, si no se ataja decididamente y con rapidez, dará lugar a una conflictividad social cada vez mayor.