UTILIDAD DE LA POLÍTICA
Acaban de hacerse públicas las previsiones de la OCDE sobre el crecimiento de la economía española para el presente año 2024. Pues bien, para este prestigioso organismo internacional, el crecimiento esperado para España rozará casi el 3%, en concreto, se concretará en un 2,8%, dato más que esperanzador.
Ello supone cuadriplicar las expectativas medias europeas, creciendo así mismo por encima de los Estados Unidos. Las posibilidades de aumento en el siguiente año 2025 también son halagüeñas: sobre un 2,2%, dos décimas por debajo de las previstas por el gobierno español.
Pues, hablemos del gobierno
Cuando el humor se hacía por parejas, Martes y Trece, Faemino y Cansado, y tantas para el recuerdo, otro dúo de cómicos, Tip y Coll, acababan sus absurdos pero hilarantes skechs con una frase que se acabó convirtiendo en un referente en el acervo popular de tópicos tabernarios: «Y ahora, hablemos del gobierno», cuestión ésta que, en línea con sus paradojas, nunca se producía.
«El crecimiento de España rozará el 3% en 2024»
Voces hay que reclaman un análisis más profundo de las causas del crecimiento económico en los países, en concreto, sobre la situación específica en España. Con los ánimos siempre confrontados, la polarización asentada en la política patria y la ausencia de leyes por la parálisis del parlamento, la pregunta se vuelve obligada: ¿Cómo es posible que se produzcan aumentos notables de la actividad económica? La economía política tradicional también abogaba por los duplos, y hacía equivalencia entre la dinámica política y el crecimiento económico, arguyendo que, de ir en paralelo, ambos se beneficiaban. Pues parece que los datos actuales no avalan este aserto considerado como intocable por parte de la economía de corte tradicional.
El mundo ya cambió
Volvamos a los datos aportados por el último informe de “Perspectivas Económicas” publicado por la OCDE. En él se recalca que, a pesar de la incertidumbre actual, sobre todo provocada por los conflictos armados de Ucrania y Oriente Medio, además de otros conflictos tildados de «menores», la media de crecimiento del primero de los semestres del presente año 2024 mantiene un comportamiento «resiliente», con un crecimiento promedio alrededor del 3,2%, siendo éste un aumento más que notable. Parece que la crisis va por barrios y, que, en frase feliz atribuida al poeta francés Paul Valery, «el problema de nuestros tiempos es que el futuro ya no es lo que solía ser».
«Los países que más crecen son todos países con economías intervenidas»
Si atendemos con detalle a las cifras aportadas por el informe, los países que más crecen tanto en 2024 como en 2025 (esto último en formato de absolutas previsiones), son la India, Indonesia, China, Rusia (aunque no en 2025) y Turquía, esperándose un crecimiento importante en el 2025 por parte de Arabia Saudí. Curiosamente, son todos países o bien con economías intervenidas (entendemos que ya no hay economías comunistas propiamente dichas, salvo casos como el de Cuba o incluso Mongolia, en las que el modelo pareciendo puro, se encuentra tergiversado) o con regímenes políticos de corte autoritario.
El fin de la economía política
Volviendo al caso español, los pronósticos del organismo internacional coinciden con las previsiones tanto del Banco de España como de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF); ambas, incluso, mejoran ligeramente la previsión del cuadro macroeconómico realizado por el propio gobierno, un gobierno, a juicio de algunos, inestable y con grandes y graves situaciones de acoso debido a su debilidad parlamentaria.
Estos datos convierten a España en la economía más pujante de Europa, a pesar de la evidente inestabilidad política. El único punto débil apuntado será en lo tocante a la inflación, sensiblemente superior a la del entorno europeo debido al encarecimiento de los alimentos y de la energía, esperándose para el cierre del año 2024 que se ubique en el entorno del 3%.
«Tenemos que revisar nuestro criterio de una relación directa entre el crecimiento económico y la situación política»
En definitiva, tenemos que revisar nuestro criterio de una relación directa entre el crecimiento económico y la situación política. No sabemos si es una mera cuestión coyuntural o algo más profundo, pero lo que sí parece es que la economía va por un lado y la política por otro. Como las parejas de cómicos, la mayoría acaba separándose y uno de sus integrantes termina llevando la fama y, el otro, cardando el olvido. Veremos, a futuro, que ocurre con el dueto economía y política. Adjudicada como frase ingeniosa a Woody Allen, ese futuro aplicable a la dicotomía nos debería interesar, porque dicho interés es debido a que «ése es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida».