EL SOBERANISMO ENTIERRA AL SOCIALISMO EN LAS ELECCIONES DE PORTUGAL
El Partido Socialista, como su homólogo alemán, sufre el sorpasso de la formación soberanista en alza Chega!
Pablo Gea
Chega!, en español ¡Basta!, se ha colocado por delante del Partido Socialista como segunda fuerza con el 23,7%. La fuerza liderada por André Ventura deja a los socialistas de Pedro Nuno Santos en la tercera posición con el 22,8%. Se trata de un avance histórico, que rompe con el bipartidismo tradicional de Portugal. Pese a ello, el líder del partido ganador, Luís Montenegro, ya ha dejado clara su intención de mantener el ‘cordón sanitario’ respecto a los de Ventura.
Montenegro, que se vio obligado a convocar elecciones ante los escándalos que afectan a su familia, lidera la coalición electoral Alianza Democrática, compuesta por la formación del Presidente (el Partido Social Demócrata), junto al Centro Democrático Social y el Partido Popular Monárquico. Al frente de la cual se ha situado en primer lugar con un 35,1%. Con todo, no le da para alcanzar la tan ansiada mayoría, ya que los 96 escaños en que estos resultados se traducirían no llegan a los necesarios 116. Ni aun trazando alianzas con otros grupos minoritarios. Así las cosas, o rompe los muros con Chega!, o se alía con los socialistas, o convoca elecciones de nuevo. No hay más.
Por su parte, los de Ventura coronan un ascenso que se ha revelado imparable desde que en 2019 entraran con un escaño en el Parlamento y respaldados con el 1,4% de los votos. En 2024, consiguieron 50 escaños y el 18% de los votos. Ahora, aumentan este apoyo en unas elecciones con el 61,79% de la población. El que hayan dejado a los socialistas en tercer lugar supone un cambio de paradigma en toda regla, cuya trascendencia es mucho mayor de lo que muchos imaginan. Pues se rompe así con lo que se ha dado en denominar durante décadas como ‘bastión socialista’, como se ha conocido siempre a Portugal en Europa. Un país donde la izquierda siempre ha sido fuerte, y donde la derecha ha estado constantemente ‘mirando a la izquierda’.
Como en otros países del entorno, el voto de los obreros y trabajadores se trasvasa a los soberanistas, que se están revelando como los únicos capaces de interpretar adecuadamente las necesidades de estos trabajadores y de los pequeños empresarios. Y, aunque ciertamente la victoria electoral pertenece a un partido del sistema, no lo es menos que la victoria del relato pertenece a su vez a un partido anti-sistema. Una lección que muchos se emperran en no querer aprender, y que confirma una tendencia generalizada no sólo en Europa sino en el mundo.
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