Viernes, 7 de febrero, 2025
Trump La Iniciativa

Uno de los objetivos más imperiosos de la nueva administración estadounidense es la desregulación en los aspectos legales, económicos y sociales. Algo de lo que debería tomar buena nota la Unión Europea.

Pablo Gea

Como si del Apocalipsis se tratara, la toma de posesión hoy de Donald Trump como Presidente de los Estados Unidos es presentada por los derrotados woke como un punto de inflexión mundial. Para mal claro. Los poderosos, como era de esperar, no han tardado en colocarse bajo el sol que más calienta. Ahí están Mark Zuckerberg y Jeff Bezos, impulsores del wokismo en sus respectivas empresas, que ahora hacen cola en la puerta de Trump para suplicar el perdón del magnate. Nada que no hayamos visto antes. Es el mercado amigo. Aunque hay un millonario que sí goza la confianza del nuevo Presidente, y ese es Elon Musk.

Musk es quien va a capitanear la ‘revolución de la eficiencia’ que pretende Donald Trump. Independientemente de sus excentricidades, es indudable que la catarata psicopática de regulación que se ha venido dando desde los últimos años ha lastrado tanto el funcionamiento de la misma Administración estatal como el crecimiento económico. Muchos de los votos recibidos por los Republicanos han venido de ciudadanos que esperan la solución a este problema con avidez. Y aunque todos los ejes de la campaña electoral trumpista parecen tener la misma prioridad, lo que es coherente con lo que el inicio de un mandato presidencial demanda es poner en marcha cuanto antes la proyectada eficiencia administrativa, paso previo para luego impulsar el resto de las medidas.

La firma de órdenes ejecutivas mantendrá a Trump atareado durante un tiempo, antes de que las líneas políticas se delimiten en contenidos concretos y la evaluación de los primeros resultados atempere o amplíe la envergadura de las iniciativas. Que el nuevo mandato se revele como un revulsivo para la mejora de los datos económicos es vital para los republicanos, razón por la que es algo a lo que prestarán atención de inmediato. Y saben que para hacerlo de manera que sus efectos no sean pasajeros necesitan eliminar burocracia inútil. El auténtico cáncer de los estados modernos, que sobrecargan tanto a los ciudadanos como a los inversores, emprendedores y demás operadores económicos de una cantidad inasumible y contradictoria de normativas legales que generan confusión, lentitud y, al fin y a la postre, hartazgo.

Con todo, es más que probable que todos los componentes de la receta ideológica del MAGA (Make América Great Again) reciban su correspondiente orden presidencial. Imprescindible para mantener la coherencia del pack electoral como un todo. En definitiva, algo que todos vamos a ver desde este mismo inicio es el desmantelamiento (hasta donde las competencias federales lo permitan) de las políticas woke en los Estados Unidos de América. Y, si bien la relación con los países europeos está por ver cómo se desarrolla, sin duda representará un alivio contra la numantina resistencia que las élites globalistas van a oponer en Europa. Pues los gobiernos de estas tendencias dejarán de tener al gran primo de Zumosol personificado en Washington como cobertura política para dar rienda suelta sus imposiciones ideológicas.


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