PILAR ALEGRÍA Y LA INDIGNACIÓN DE UNA ARISTOCRACIA ACORRALADA
Estaba cantado que Pilar Alegría, Secretaria General del PSOE de Aragón y Ministra de Educación y Formación Profesional, iba a defenderse agitando la consabida bandera de que es víctima de un ‘ataque machista’.
Pablo Gea
Estaba cantado que Pilar Alegría, Secretaria General del PSOE de Aragón y Ministra de Educación y Formación Profesional, iba a defenderse agitando la consabida bandera de que es víctima de un ‘ataque machista’ al haber admitido que estuvo esa noche en el parador de Teruel cuando José Luís Ábalos (en ese momento Ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana) celebró una fiesta con prostitutas del 15 al 16 de septiembre de 2020.
Se ha manido ya tanto esto que no resulta creíble. Y que la ministra se defienda atacando, y además que lo haga de una manera tan pobre, permite sospechar que no sólo pasó la noche en dicho parador. Serán quienes investiguen el asunto los que revelen si realmente la ministra participó en esta fiesta o no, pero su mera presencia allí no la deja en buen lugar. La buena señora ha amenazado con acciones legales si se produce ‘cualquier injuria’ contra ella. Típico recurso de quien se sabe acorralado. Por su parte Pedro Sánchez, que está más acorralado todavía, afirma que es ‘un ejemplo de odio’. Las ramificaciones cada vez aumentan más.
Lo que debe reflexionar el lector de todo esto es en qué demonios se gastan nuestros representantes públicos el dinero que sacan de nuestros impuestos. Porque no es que estemos hablando de un suceso aislado, sino de una conducta generalizada amparada por el ‘número uno’, que es Pedro Sánchez. Ya sea porque lo promocionara o porque sea culpable ‘in vigilando’, la realidad es que en plena desescalada de la Pandemia, mientras al amparo de un inexistente Comité de Expertos, se le imponían restricciones a la población, los miembros del Gobierno y del PSOE lo pasaban en grande a costa de todos los españoles.
La ministra tiene encima la osadía de ofenderse por el hecho de que se le pregunte por ello. Debiera de ser consciente de que los periodistas y los ciudadanos estamos en el derecho de preguntar todo eso y por más. Porque le pagamos lo que come. Resulta, a veces, increíble la capacidad de resiliencia del pueblo español. Capaz de aguantar que le roben en sus propias narices y que, encima, se cachondeen abiertamente de él. Luego, al abrir las urnas, los ladrones, los chorizos y los desvergonzados obtendrán su justa recompensa siendo elegidos de nuevo y ocupando los escaños correspondientes, para seguir viviendo del erario público cuatro años más.
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