¿SE ESTÁN CONVIERTIENDO LOS SISTEMAS PARLAMENTARIOS EUROPEOS EN DICTADURAS?
Los partidos tradicionales van a hacer todo lo posible para eliminar a quienes quieren cambiar las cosas, y amenacen su monopolio del poder.
Pablo Gea
Tanto conservadores como socialdemócratas en Alemania llevan años presionando para que ‘Alternativa para Alemania’, AfD, sea ilegalizado. Lo han dicho abiertamente y han hecho todo lo que está en su mano para expulsar a esta formación del juego parlamentario. Y, como se han dado cuenta de que cuanto más les marginan, más gente les vota, han utilizado a los servicios secretos del país, su policía política, para abrir la puerta a su ilegalización. Algo que, en última instancia, corresponde al Gobierno y debe ser aprobado por el Parlamento.
Esto se produce a la vez que las Elecciones Locales en Inglaterra se saldan con el avance de la también formación soberanista del ‘Partido de la Reforma’, dirigido por Nigel Farage y partidario del Brexit. Cunde el pánico en Bruselas. Como también lo hace en las capitales del resto de estados de la Unión que están gobernados por formaciones políticas tradicionales, ya sean socialdemócratas o conservadoras. Décadas repartiéndose el poder parecen llegar a su fin. Durante todo este tiempo, siempre que han aparecido partidos a izquierda o a derecha que amenazaban con cambiar un sistema que les privilegia, los partidos tradicionales han jugado siempre a fagocitarlos por un lado y a cooptarlos por otro. Eliminando el fervor revolucionario y burocratizándolos por medio de la seducción que proporcionan las carteras ministeriales. Cuando esto no sirve, emplean los mecanismos de poder más crudos: la eliminación pura y dura.
Así ha sucedido en Rumanía con la anulación de las Elecciones Generales allí y la salida de la carrera presidencial de Calin Georgescu, y en Francia con la inhabilitación de Marine Le Pen. Se esté de acuerdo o no con los postulados de estas formaciones, es innegable que estas prácticas totalitarias son inadmisibles. Que las formaciones políticas que llevan decenios detentando el poder, y que son las principales responsables de los problemas que actualmente aquejan a la ciudadanía pretenden sacar del sistema democrático a los partidos que pueden disputarles la partida, deja claro hacia qué están evolucionando los sistema parlamentario europeos.
Como sucedía en los sistemas liberales decimonónicos, en los que sólo los partidos que estaba dentro de la ‘alternancia’ de poder podía aspirar a participar en el gobierno, excluyendo al resto; las élites políticas y económicas reaccionan de manera histérica y torpe. Y los hechos están ahí para probarlo, pues los proscritos hoy serán los héroes de mañana, lo que en el escenario político se traducirá en un incremento de millones de votos. Votos provenientes no de extremistas, sino de ciudadanos que, hastiados de las mentiras y los abusos de una clase política cada día más ajena a sus intereses, van a optar por los partidos que les aseguren que van a cambiar algo.
Lo que debieran hacer estos partidos tradicionales es tomar nota y enmendar su comportamiento. Lo que no sucederá. La agenda que les encadena no lo permitirá. Ya sea por ceguera o por estupidez, socialistas y conservadores seguirán siempre en las mismas, mientras la hemorragia electoral les obligará a recortar libertades para conservar sus privilegios. Parece que este es el camino que Europa ha adoptado. Cada día más cancelación, más impuestos, más corrupción y más autoritarismo. Y, mientras las elecciones sigan siendo limpias y los parlamentos razonablemente libres, las formaciones soberanistas continuarán ampliando su base electoral.
De cualquier manera, el mensaje que se manda desde las élites alemanas es poco halagüeño. Un aviso a navegantes, para que nadie saque los pies del tiesto. Porque la democracia sólo existe cuando se vota ‘bien’, pero no cuando se vota ‘mal’. Entiéndase lo primero por hacerlo en favor de dichas élites y lo segundo por hacerlo en su contra. A partir de aquí, nadie podrá culpar a los votantes de AfD, de Le Pen o de Georgescu por optar por soluciones a sus problemas fuera del sistema parlamentario, que ha dejado de ser democrático y que se ha convertido en una amenaza directa para sus intereses.
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Pues no sé porque quieren ilegalizarlos, yo les veo unos chavales la mar de simpáticos, bueno al menos por los trozos de cara que dejan ver….