Viernes, 7 de febrero, 2025
La Iniciativa

Los rebeldes sirios toman Damasco y el régimen se desmorona. Analizamos las posibles consecuencias.

Pablo Gea

Tras trece largos años de guerra civil, el régimen de la familia al-Asad cae y la incertidumbre se alza sobre Siria y, por extensión, sobre Oriente Próximo y Oriente Medio. El conflicto que empezó con las protestas enmarcadas dentro de la Primavera Árabe en 2011 y que se llevó por delante las dictaduras en Egipto, Libia y Túnez, se ha convertido en un tablero de ajedrez de primer orden entre las grandes potencias y las potencias regionales. Especial importancia ha tenido para Rusia y, singularmente, para Irán. Tras el derribo de Sadam Husein, Irak pasó a estar dominada por la minoría chií, como el propio Irán y Siria. De esta manera, se creó un corredor de tierra constituido por alianzas políticas que permitía llegar al Este del Mediterráneo que facilitó, a su vez, abastecer a los grupos terroristas interpuesto en Líbano y Palestina.

Por otro lado, Rusia halló en la guerra la manera se someter completamente al régimen sirio a sus deseos a cambio de ser sostenido en el poder. Y, como han demostrado de manera contundente los hechos recientes, ha sido esta ayuda la que ha determinado que Bashar al-Asad consiguiera sostenerse en el poder estos últimos trece años. Pese a la impopularidad de la dictadura y al hecho de que la mayoría de la población sea suní. La ideología Baaz -la misma que la de la dictadura iraquí- consiste en un conglomerado de socialismo revolucionario árabe de carácter nacionalista, pero laico. Por eso hay quienes lo han visto como el mal menor frente a la multitud de grupos salafistas y yihadistas que componen las fueras rebeldes. Estas, a su vez, distan de ser monolíticas. Desde el Ejército Libre Sirio y los kurdos, hasta Al-Qaeda, Al-Nusra y el Estado islámico.

La actuación de las potencias occidentales ha sido poco decidida e indirecta, mientras que el eje Rusia-Irán sí que se ha afanado en apoyar al régimen del Baaz. Por su parte, Turquía ha intervenido tanto contra los kurdos como contra el régimen de Damasco, apoyando a los grupos rebeldes que hoy se alzan con la victoria. Estos rebeldes están liderados por la organización Hayat Tahrir al Sham (HTS), de carácter fundamentalista. Con lo que es dudoso que para el pueblo sirio se abra ahora una etapa de libertad y prosperidad. Sino que, por el contrario, es muy posible que la guerra civil se reanude entre los mismos grupos rebeldes, dando lugar una situación de estado fallido, como sucede actualmente en Libia.

Está claro, por el momento, que Rusia pierde un aliado imprescindible en la zona y que Irán se ve mucho más sola en su conflicto con Israel. Sus aliados de Hamas y Hezbola lo van a tener más difícil para recibir su apoyo, mientras que los iraníes encontrarán dificultades añadidas para controlarles. Esto no quiere decir que Estados Unidos y sus aliados se las prometan muy felices, pues una inestabilidad política duradera en un área tan sensible puede provocar reacciones imprevisibles entre las potencias regionales, especialmente de Israel e Irán. Porque, aunque el líder del HTS, Abu Mohamed al Jolani, ha pretendido suavizar su imagen y presentarse como un líder pragmático, la ideología fundamentalista que nutre a estas fuerzas es innegable. Quién sabe si estamos hablando de saltar del fuego para caer en las brasas, o de que el remedio haya sido peor que la enfermedad. ¿Se encamina Siria hacia un régimen parlamentario que, aunque precario, sea mínimamente funcional, como el Túnez? ¿Se organizarán elecciones democráticas que ganen los fundamentalistas, como en Egipto? ¿Estamos ante las puertas de un nuevo conflicto eterno sin solución, como en Libia? Veremos.

Israel, Ucrania, Turquía, las monarquías petroleras del Golfo y, especialmente, los kurdos, se preparan para adoptar posiciones en un escenario que, eventualmente, les favorece. Particularmente a estos últimos, que vislumbran por primera vez en su historia la posibilidad real de lograr un estado independiente y soberano. Los acontecimientos en las próximas semanas despejarán las respuestas a muchos de estos interrogantes.


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